La Magia Sanadora del Sonido



El ser humano está dotado de su propia herramienta sanadora como es su voz y esto lo sabían muy bien los antiguos pobladores de Asia. Los datos arqueológicos demuestran que en ciertas zonas de Asia central y Mongolia, en épocas del neolítico, los chamanes de diferentes etnias ya practicaban el “Qigong”, entendiéndolo como un conjunto de movimientos y danzas que juntamente con cánticos producían unos efectos sanadores en las personas. 
Siendo el sonido uno de los métodos de estimulación celular más efectivos. Esta estimulación ya comienza en el seno materno, el feto percibe los sonidos y vibraciones de la madre, siendo una de las primeras fuentes de percepción que sentimos antes de nacer. No es de extrañar que esta impronta marcada antes de nacer se refleje en la forma de ser y actuar del ser humano, por ello la utilización de los sonidos, los mantras y cantos curativos son tan antiguos como la propia existencia y ha propiciado de forma espontánea el uso de la voz y la música de manera terapéutica a lo largo de los siglos. Los Chamanes y chamanas de todos los tiempos han utilizado y utilizan el sonido y la música como vehículo de Conexión con otros planos de existencia, propiciando estados de conciencia alterada, para que el alma contacte con otras realidades espirituales y pueda de esa manera encontrar la solución a sus problemas y por ende llegar a la sanación física, mental y espiritual. En el antiguo Egipto el ideograma que representaba la palabra “música” era el mismo que representaba los conceptos de “alegría y bienestar” y en los papiros de textos médicos de 2600 años, hablaban de cánticos para curar la esterilidad y otras dolencias. Los sabios védicos sánscritos y los filósofos de la escuela Pitagórica de la Grecia clásica, consideraban que todas las formas físicas eran manifestaciones de la música, indicando que el sonido aplicado adecuadamente producía curaciones, restaurando la integridad musical del cuerpo y el alma. El Sonido puede saltarse los filtros lógicos y analíticos de la mente para establecer un contacto directo con sentimientos y emociones escondidos en lo más profundo de la memoria, provocando reacciones físicas y emocionales. En la actualidad, se han investigado los efectos fisiológicos del sonido y de la música, demostrando su incidencia sobre la respiración, ritmo cardíaco, circulación, presión sanguínea, etc.

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